miércoles, 18 de mayo de 2011

La vieja.

La vieja sentada en el sillón de mimbre
Teje en su cabeza e hila recuerdos
Se acuerda de sus días con su amado viejo
Y se cobija en su manta de nostalgia.

Aviva el fuego de la salamandra
Y coloca unas cascaras de naranjo, para el aroma
Hierve el agua sobre el fuego
Para verterlo en el mate que la acompaña.

Ya no se escuchan llantos de niños mimados
De los pies rasmillados, por jugar entre los cercos,
Que encadenaban a los animales domados
Que con cariño obedecían al ausente viejo.

Y la vieja se duerme con el tejido en las manos
Ya se hacen largos, los viejos momentos.
Estira la mano para ver si a un costado.
Encuentra el poncho de su enamorado viejo.

martes, 10 de mayo de 2011

Un recadito (ahora en la despensa)

Sin en la vida no estuvieses, quizás el verde fuese de otro color, algo más opaco, casi sin la gracia que a ambos nos merece. Quizás yo sería otra cosa, un pastor evangélico o algún mormón en bicicleta evangelizando con corbatita negra y camisa blanca.
Si tú no estuvieras, de seguro comería estupideces por montones y no me fijaría que sale en las etiquetas, eso es seguro. Pero que más claro si no estuvieras, es que no escribiría ninguna letra, ni alguna canción saldría de mis manos.
Porque si tu no estuvieras, más de seguro, que nunca me hubiese enamorado.

Afírmate las enaguas

Los hechos hablan por sí solos
El camino tiene un solo retorno y se acerca
Así que toma en cuenta cada prenda
Que tengas que volver a echar en tu bolso.

Acá te espero medio temblureque
Con el corazón tiznado y poco agraciado,
Es que todo este tiempo abandonado
No supo que hacer sin su amor loco.

Así que acércate de a poco
Que te tengo contados con las manos
Cada esquinazo que no te he dado
Cada beso que a sido huerfano.

Así que arremángate las enaguas negra,
Que de aquí no te suelto las riendas
Que cada noche una revuelta
y de tus piernas aferrado.