lunes, 26 de julio de 2010

No hay pieza que encaje dentro del silencio
Los finales inconclusos determinan nuestro clímax
Y las bellas palabras solo quedan como recuerdos
Que gotean por las murallas en forma de peces.

Emplumadas aves chorrean lágrimas de sus alas,
En sus lenguas portadoras de fuego enciendo mi último cigarro
El frió se hace tenue y las antorchas del invierno
Me salvan de caer en una hipotermia tierna.

Y es aquí cuanto mas te extraño
Cuando el frió cala los huesos
Y la taza de café te espera al otro extremo de la mesa.

Es aquí cuando mas te extraño
Cuando al otro extremo de mi cuarto
Estiro mis brazos y no te encuentro cerca

Nuestras alegrías esperan como barcos dentro de botellas
A que vengan sus navegantes a emprender viaje sobre sus maderas.
Nos espera el tiempo a envejecernos como niños,
Dentro de un cofre,
Bajo un mesa,
O en cualquier rincón,
Que el amor nos encuentre.