domingo, 7 de noviembre de 2010

(sin título)

Que el tiempo repose sobre los cerros porteños
Y se cuadre ante las miradas de dos inocentes
Que el amor quede perpetuo sobre las tablas salientes
Que hacen a la vez de catre y cojín de tu vientre.

Abre las corrientes de las aguas
Que caigan calientes sobre nuestros cuerpos
Abracémonos como niños y busquemos consuelo
Dentro de la lluvia que cae en tu habitación
Por que aya el tiempo es mejor
Abrazado a tu torso desnudo
Que con un solo mormullo
Vuela los astros de tu habitación

Que el tiempo nunca avance en los cerros porteños
Que nuestro hogar sea esa verde canción
Que no llegue el llanto cuando tu alma este saliente
En busca de la nueva tierra, donde no estaremos los dos.