Me llaman a evangelizar las tierras infértiles
Donde copas vacías dan vuelta sus contenidos
Donde el aire no es aire si no brazas incandescentes
Que acentúan la calvicie de la tierra infértil
Ya no tienen donde pastar, los muertos herbívoros
Y por ende ahora buscan placer en la carne
Mienten con la vista de sus ojos cejados
Y arrastran sus vientres como las serpientes
Se escuchan las suplicas de los pájaros quemándose
En los bordes espinosos que proyecta el sol
Caen de sus colas los ácaros inertes
Como colillas de cigarro bajo el mesón
No me pidan que palmee sus espaldas ahora que mueren
que mis parábolas van viajando distantes en estos momentos
escapan de los hombres que te ahogan en sangre
y que siendo lobos se disfrazan de corderos