martes, 18 de mayo de 2010

Cada parada, un beso (Extracto de Francoise Onfray K)

Con curiosidad miro atreves de mi puerta y veo como dos amantes, tristes y nostálgicos se toman de las manos y se miran con ternura. Se acerca su despedida y ambos saben que es mayor la fuerza que los separa. No hay retorno.
Se arropan entre sus cuerpos y se abrazan con una exquisitez incomparable. Se hunden en el silencio y veo como se hablan despacio al oído, como para no espantar a nadie. Quizás cuantos versos se dedican, quizás el la consuela o quizás ella le dice cuanto es que lo ama, no lo se, pero su amor es infinito y para mi insoportable. Así es como al mirarlos siento pena por ellos y siento pena por mi mismo, por no poder vivir ese mismo sufrimiento por nadie.
Se visten, se alejan y en cada parada, un beso. Se calman, se miran, se tocan y se abrazan con sus rostros sin consuelo. Que ganas me dan de acercarme y decirles algo, o que me enseñen tan solo a amar con tanta pasión y entrega. Pero veo como se alejan y no regresan, tanto de sus cuerpos como de sus almas.